jueves, 12 de abril de 2012

Miedo normal y miedo patologico

Miedo normal y miedo patologico




    Una de las inquietudes más frecuentes y temidas en el submarinista novel, o no tan novel cuando se enfrenta a situaciones nuevas , es la aparición de determinados temores, normalmente acompañados de ansiedad.
    En general tanto la ansiedad como el miedo en la concepción popular del término, son emociones indispensables para la supervivencia y previenen al ser humano de potenciales peligros , provocando respuestas adaptativas que permitan afrontar y resolver la situación que las genera.
    Todo submarinista debe considerar que es normal la aparición de un determinado monto de ansiedad y temor ante algunas situaciones.En este sentido es conveniente poder diferenciar entre un miedo que podriamos considerar normal, y un temor fóbico, entendido este último como una emocion negativa intensa , que puede no estar ajustada a la realidad de la situación que la provoca.Hay que considerar que la frontera entre ambos conceptos , no siempre es fácil de definir.
    Pero en general, la característica de un miedo normal estriba en que es proporcional y comprensible. Por ejemplo es razonable que un buceador novel tema el buceo profundo mientras no adquiere la suficiente destreza para poder afrontar las peculiaridades de la misma, o que un submarinista recreativo , renuncie al buceo en cuevas sin la adecuada experiencia y/o capacitación técnica.
    Otro aspecto que caracteriza el miedo normal, es que en general lleva a desencadenar con éxito, estrategias de superación del mismo; tranquilizarse , respirar, avisar al compañero, etc, ocurriendo además que dichas estrategias de afrontar la cuestión, conllevan la progresiva tranquilización del buzo.Además la situación que le puede haber generado el temor , se puede superar ante la evolución de la capacitación del submarinista.Asi en la medida que el buzo novel adquiee experiencia y conocimientos podrá bucear profundo sin sobresaltos.De ahí que es imprescindible que cada submarinista evolucione según su capacidad de absorver conocimientos y aprender de la experiencia, sin la presión con la que a veces nos encontramos de progresar más rápido de lo que somos capaces de asimilar.Avanzar de forma acelerada , dando pasos para los cuales podemos no estar preparados, puede llevar a malas experiencias que pueden instalarse emocionalmente como temores fóbicos que dificulten la continuidad en el buceo.
    Por otra parte en lo refente a un temor fóbico , hay que considerar que para hablar de fóbia plenamente instaurada, alguien debe haber sufrido uno o más episodios de ansiedad en una situación de buceo , o en el buceo en general, relativamente estresantes , y además obliga a la persona a renunciar definitivamente a seguir buceando en esa situación
    Aun así, existen temores , que sin poder ser considerados estrictamente como fobias , ni provocar el abandono , si pueden tener algunas características que hacen pensar en algo más que un miedo normal y que incomodan e interfieren en el desarrollo de las inmersiones.
    En general un temor fóbico , no está ajustado por su intensidad a la situación que la provoca.Igual que la pèrsona que tienen fobia a volar, es capaz de reconocer la seguridad aerea , pero ello no disminuye su ansiedad, un submarinista , puede reconocer que tiene un miedo enorme a ser mordido por los peces aun reconociendo lo improbable de la cuestión, o puede reconcoer la fuerte ansiedad que le genera atravesar un tunel , a pesar de su dilatada experiencia en buceo.
    En general un temor fóbico , desencadena una respuesta de evitación-huida, tanto más intensa , cuanto más intenso es el temor, como unica forma de controlar la ansiedad.No existe la posibilidad de desarrollar otras estrategias para afrontar , la situación sin necesidad de salir "huyendo" a veces de forma precipitada. o evitar permanentemente la situación que genera el temor desproporcionado
    Otra cuestión que hay que considerar , es que debido a diferentes causas, una situación de buceo que desde siempre hemos podido desarrollar con normalidad, de repente (desde el punto de vista del buzo) empieza a generarnos temor y ansiedad ,impidiéndonos o dificultando muchas veces acercarnos a dicha situación .Ello genera gran extrañeza en la persona, pero un analisis minucioso , suele desvelar la causa del porqué esto de produce, siendo elemento indispensable para poder superar el trance.

El submarinismo y la piramide de Maslow

El submarinismo y la piramide de Maslow


    Abraham Maslow, psicologo Americano desarrolló en su trabajo en 1943 "una teoria sobre la motivación humana",creando una jerarquia de necesidades, estructuradas en forma de piramide con 5 escalones y bajo el concepto o idea que solo una vez satisfacemos las necesidades más básicas, podemos atender las necesidades más elevadas.
    Las cuatro primera escalas de necesidades ,las agrupó como necesidades de deficit (deficit needs), mientras que la necesidad superior la consideraba una necesidad del ser (being needs), la La diferencia estriba en que "mientras las necesidades de déficit pueden ser satisfechas, las necesidades del ser son una fuerza impelente continua ".
    Las ideas de Maslow , se aplican en contextos diversos, y pueden asimismo relacionarse con las motivaciones que van apareciendo en el submarinismo , asi como con los posibles bloqueos que aparecen y que dificultan el pleno disfrute.
    En concreto la piramide de Maslow se jerarquiza entorno a los siguientes necesidades.

    Necesidades fisiológicas básicas
    Las necesidades fisiológicas básicas ,se situan en la base de la pirámide.Respirar es una prioridad para la vida, cuando una persona se inicia en el submarinismo, se pone en cuestión dicha posibilidad, es común observar , las dificultades de algunas personas de quitarse el regulador o las terribles fantasias de quedarse sin aire que suelen aparecer al principio, aunque dicho temor no este justificado por causas externas .
    Mientras la persona no supere esta fase y se sienta suficientemente segura en su estado vital, no encontrará motivaciones más amplias de disfrute.En esta situación se produce en general fuerte dependencia de la persona o personas que se ocupan de la formación, y también apego hacia otros cursillistas o personas en la misma situación.La escasa o deficiente formación que a veces recibe la persona , puede ocasionar que un submarinista no supere esta fase y acabe abandonando la actividad, es por ello que se requiere de una correcta y completa formación ,que de la suficiente confianza a la persona para afrontar sin riesgo vital el submarinismo y atender a motivaciones de escalas superiores.

    Necesidades de seguridad

    Cuando la necesidad fisiológica esta cubierta, el ser humano se vuelca hacia la cobertura de la necesidad de seguridad.En este sentido la persona , ya con cierta experiencia pero aun algo insegura , busca referentes cercanos que le den tranquilidad .Es frecuente que el submarinista bucee con personas conocidas, y/o del entorno formativo inicial.Es la fase donde el buzo empieza ya a darse cuenta de la verdadera complejidad de la actividad, e inicia comportamientos orientados a incrementar la sensación subjetiva de seguridad (ejem.uso de dos primeras etapas, compra de equipo propio, mayor análisis de la forma de bucear y aspectos a mejorar,etc).No superar esta fase puede , ocasionar dificultades para bucear con personas desconocidas, porque no existe la adecuada autoconfianza en las propias posibilidades ,ni en la capacidad de desarrollar por si mismo un buceo seguro , sin el abrigo de compañeros conocidos , generalmente de mayor experiencia y a los que al principio se confia la propia seguridad en la inmersión.También hay buzos anclados en esta situación , que hacen de la seguridad un fin en si mismo, antes que una condición necesaria para poder disfrutar de las inmersiones, limitándoles en este sentido, a satisfacer a través del buceo , necesidades de indole superior.

    Necesidades de aceptación social
    En el momento en que se superen las dos primera dos fases, cobra relevancia cubrir la necesidad de aceptación social, pertenencia , amistad o afecto.Aqui el submarinista ya posee criterio propio sobre su forma de orientar el buceo, que puede no coincidir con el que tenia de incio.
    Se activa la búsqueda de un espacio social dentro del submarinismo, donde la persona busca encontrar su identidad (club de buceo, miembro activo de un grupo, foros, etc), en un contexto de aceptación.Es el momento que el buzo visita otros centros, viaja, conoce otras formas de buceo, buscando expresar su propia identidad e integrándose dentro de estos contextos, donde , modifica convenientemente su comportamiento de forma adaptativa para tal cuestión.
    Hay personas que no consiguen llegar a esta fase quedando fijadas al grupo matriz, donde no tienen una indiviualidad definida como buzos, siendo unicamente un miembro pasivo y dependiente del grupo.

    Necesidades de autoestima
    Esta necesidad , se refiere a la valoración y reconocimiento de uno mismo , otorgada por otras persona.En otras palabras , autovalia, prestigio y reconocimiento social.
    Una vez satisfechas las otras necesidades, el buzo trata de cubrir esta necesidad, a través del reconocimiento de otros miembros de la comunidad del buceo.Ello puede conseguirlo a través de diferentes formas, la fotografia, la pertenencia a un grupo de "elite" que cause admiración , la expresión de los conocimientos en determinada materia, el liderazgo en un centro de buceo o como formador,etc.
    En la base de esta necesidad, puede estar la acumulación de títulos, a veces innecesaria, especialmente , cuando son títulos que habilitan a la persona para tipos de buceo (técnico, profesional..) que siendo costosos , no se les saca la rentabilidad adecuada.Algunas escuelas y organizaciones sacan rendimiento de dicha necesidad "vendiendo" prestigio a través de certificaciones diversas .

    Necesidad de autorrealización
    En la cumbre de la piramide , estaria la necesidad del ser humano , de hacer lo máximo que pueden dar de si sus própias habilidades .
    Se trata del submarinista que ama, que "siente" el submarinismo en si mismo y que puede vivirlo y desarrollarlo en plenitud , expresándose a través de él como ser humano
    Son personas referente en el mundo del buceo, que causan respeto y admiración y que trasmiten sabiduria, con una ausencia total de arrogancia.

    Hay muchas cuestiones a considerar de diferente movimientos dentro de la piramide, los estados no son fijos, y nuevas (buenas o malas) experiencias, aprendizajes , etc pueden pueden ocasionar movimentos en los dos sentidos


Incidentes aislados y pérdida de confianza

Incidentes aislados y pérdida de confianza


    Cada temporada , con el incremento de personas que practican el submarinismo en verano, se producen múltiples incidentes , que en muchas ocasiones , no pasan de mera anécdota , aunque supongan un mal rato, para quien lo padece.No obstante , la situación puede impactar emocionalmente de forma tan intensa en el buzo , que puede condicionar seriamente las siguientes inmersiones , suponiendo una pérdida de confianza en sus capacidades, que le impidan realizar el buceo con la seguridad que habia adquirido hasta el momento del evento traumático .
    De cara a una correcta gestión del incidente , considero adecuado seguir los siguientes pasos.


    1-Elaborar la carga emocional vinculada al incidente-
Un buzo tuvo dificultades con su regulador a una profundidad de 40 metros y a pesar de tener su compañero a una distancia adecuada y poder acceder a su regualador auxiliar no pudo evitar una crisis de ansiedad , que provocó que ambos subieran sin respetar la velocidad de ascenso, no terminando el incidente en un accidente descompresivo, seguramente porque la inmersión recien se inciaba.En el barco el buzo sentia una mezcla de estupor y miedo, que a medida que avanzaba el tiempo se trasformaba en incredulidad y verguenza por no haber sabido manejar la situación y teniendo en cuenta que se trataba de un submarinista con experiencia.
    Es importante en un primer momento ,tomar conciencia y poder explicar los sentimientos vinculados al incidente , asimilando la fustración que puede generarse y sobretodo diferenciando , el peligro real , del peligro atribuido por la propia situación generada; quizas después de poder analizar la situación podamos observar que no corrimos tanto riesgo como percibimos.También debemos intentar no juzgarnos severamente y asimilar que todos cometemos errores, en cualquier ámbito de la vida y el submarinismo no es una excepción, si bien debemos poner todos los medios necesarios para minimizarlos y resolverlos.

    2-Realizar un análisis en profundidad de las circunstancias que han llevado al incidente
    Auque en todo incidente puede existir una cuestión de azar,la mayoria de veces hay uno o más errores vinculados al mismo.Poder analizarlos es importante , no solo para resolverlos y no volver a cometerlos, sinó tambien para adquirir seguridad en que, un buen control de los procesos, garantiza de forma razonable nuestra seguridad, y esta no depende de un azar siempre incontrolable.
    En el caso anterior, el incidente se produjo por una cadena de errores.El submarinista no abrió completamente la griferia.Primer error quizas vinculado a un exceso de confianza, acompañado de una mal chequeo preinmersión.
    A los 40 metros aproximadamente, el regulador dejó de dar aire suficiente , observando el buzo que en cada inspiración el manometro bajaba de forma radical.El buzo interpretó que no tenia aire en lugar de pensar como posibildad que la botella no estaba abierta del todo.Segundo error formativo en un concepto básico e importante , para un incidente más frecuente de lo que pueda parecer.
    Ante esta circunstancia, el submarinista indicó falta de aire al compañero que se encontraba a una distancia correcta ,utilzando su regulador auxiliar pero iniciando una ascenso descontrolado, solo frenado con grandes esfuerzos por su compañero pero que no evitó ascender 40 metros en aproximadamente un mínuto.Tercer error , el submarinista quizás sobrevaloró sus posibilidades para una inmersión de este tipo, no estando adecudamente preparado para la resolución de cualquier eventualidad, o quizas nunca pensó poder verse en dicha situación y no analizó convenientemente como abordarla.
    Quede claro que aunque se trata de una caso real que viví este verano , el analisis del caso es conceptual, y las causas atribuidas podrian ser otras , y requeririan una analisis individualizado en mayor profundidad.
    En cualquier caso un analisis racional de las causas del incidente , tanto en forma (que hemos hecho mal) como en fondo(que nos ha llevado a hacerlo mal/exceso de confianza, ansiedad, deficit formativo...) es esencial para la resolución y prevención futura , y la recuperación de la confianza en inmersión.

    3-Seguir el ritmo normal de buceo.
Tras un incidente , muchas veces el buzo se pregunta si debe bucear inmediatamente después para no perder la confianza , o debe dejar pasar un cierto tiempo.
    Desde luego va a depender de cada caso, pero si el incidente ha sido menor y sin consecuencias más allá del impacto emocional del suceso, la recomendación seria seguir el ritmo normal de inmersiones, es decir, si esa tarde teniamos previsto bucear , hacerlo , pero si teniamos previsto hacerlo la semana siguiente , no forzar el buceo, buscando enfrentarnos a la situación.Forzar el buceo puede ser contraproducente al incorporar una carga extra de ansiedad que se puede volver en contra.De la misma forma, alterar los planes previstos , puede ser negativo al envolver el incidente de una relevancia emocional negativa que pase de vincularse a la inmersión donde se produjo el problema , a vincularse al buceo en si mismo
    En cualquier caso es razonable , realizar las siguientes inmersiones en un contexto de seguridad ambiental y psicológica, aunque repito este último punto requiere de un abordaje individual , en base al analisis del impacto psicologico del incidente en la persona.

Reacciones individuales a la narcosis

Reacciones individuales a la narcosis


    Es conocido dentro del ámbito del submarinismo, el efecto narcótico del nitrogeno en el buzo, considerado además un efecto potencialmente perjudicial ,por las reacciones que puede desencadenar, o por las dificultades que puede crear en la resolución de potenciales problemas en inmersión.
    Sin embargo hay algunos factores que no están conveniente analizados; de entrada se da un valor estático al efecto narcótico a partir de 30 metros y considerando dicho valor como parte esencial, sin considerar con la profundidad que requiere,la interacción de otros elementos.
    Se considera que la narcosis se inicia a partir de 30 metros , y no siempre se valoran, las importantes diferencias individuales que se producen, tanto en un mismo buzo en diferentes situaciones , como en personas distintas, y no me refiero solo al efecto de tolerancia al nitrógeno descrito en el submarinista frecuente.Es obvio que si hablamos de la presión parcial de un gas la profundidad sea decisiva, pero a mi entender la explicación de determinadas reacciones y especialmente riesgos, no pueden entenderse sin considerar la intersección de otros factores.
    Aunque la teoria más aceptada es que el nitrogeno interfiere en la sinapsis neuronal, provocando determinados efectos como la disminución de la capacidad perceptiva , atencional y de razonamiento, el enlentencimiento de la reacción a estimulos, y otras cuestiones que implicarian , la suposición de que el nitrogeno , al igual que el alcohol, actúan como un depresor del sistema nervioso central (SNC), y de ahí la conceptualización de la narcosis como "Borrachera de las profundidades", algunas reacciones en contextos narcóticos , no quedan completamente explicadas, por esta cuestión.
    Dicho esto , he podido observar algunas circunstancias , que merecen ser analizadas .De entrada considero el impacto del nitrogeno en el organismo , llamese o provoque narcosis o no , como un proceso dinámico , que se incrementa o decrementa dependientemente de múltiples factores , y no solo la profundidad, sinó también las situación ambiental, la sensibilidad individual, e incluso los cambios que se producen dentro de una misma inmersión.En este sentido, cabria hablar más que de narcosis de "contexto potencialmente narcótico" incorporando otras variables además de la profundidad , y no dando por supuesto que dicho valor es relevante unicamente a partir de 30 metros pudiendo ocurrir que el impacto consecuente del nitrogeno en el SNC se produzca en unas ocasiones antes de de dicha profundidad, o después según determinadas circunstancias.
    Otro punto , para mi muy importante, es el hecho de que los comportamientos potencialmente de riesgo que se producen ante un "contexto potencialmente narcótico" no siempre son compatible con una efecto exclusivamente depresor del SNC, con lo cual probablemente deben estar implicados otros mecanismo neurofisiológicos.
    En cualquier caso, cuando se desarrolla un comportamiento en un contexto narcótico, generalmente dicho comportamiento viene influido en parte por el estado emocional y personalidad previa del buzo, que es favorecido por el efecto narcótico, y considero , no puede ser definido exclusivamente por la base fisiólogica de dicho efecto.
    Por lo tanto cabe considerar , que si bien si existen puntos en común , en lo referente a algunas alteraciones en las funciones del yo, y en las reacciones conductuales , en otra parte , que puede ser muy importante,dichas alteraciones y reacciones difieren de unas personas a otras.
    Es cierto que la narcosis puede provocar determinados comportamientos comunes , pero dichos comportamientos tembién vienen determinados por el estado emocional y la personalidad previa del buzo.
    Cabe decir que en algunas ocasiones el buzo puede tolerar en condiciones de inmesión normales , un contexto narcótico , es decir no siempre produce efectos necesariamente nocivos, incluso aunque deban resolverse situaciones de riesgo potencial o realizar tareas que requieran la atención del submarinista

    Reacciones potencialmente indeseables más habituales

    Sentimiento de relajación física y mental
    Puede llevar acompañado cierto relajo de la capacidad perceptiva y de raciocinio.Es quizas el efecto más conocido; en este caso el efecto narcótico produce efectos relativamente placenteros, circunstacia que puede conllevar que de una forma más o menos conciente o no controlada algunos buzos busquen activamente está sensación.Es frecuente en personas que comentan disfrutar de la profundidad en si misma y que en muchas ocasiones , niegan el efecto narcótico.Dicha negación puede formar parte de la necesidad de proteger la relación con un estado potencialmente placentero.
    Reacciones fóbicas
    En algunas ocasiones pueden desencadenarse reacciones fóbicas, a la oscuridad, espacios confinados, "Claustrofobia por Techo virtual", presencia de animales, o cualquier otro temor fóbico embrionario en la personalidad del buzo.
    Reacciones de ansiedad
    En una reacción fóbica siempre hay un componente de ansiedad ante determinada situación u objeto , la diferencia en este caso, es que la ansiedad es generalizada ,y no se vincula a ninguna circunstancia concreta .
    La potencial reacción es más dañina si cabe , ya que la tendencia de la persona es a efectuar una huida descontrolada, hacia superficie, mientras que en la reacción fóbica, si el buzo consigue "alejarse" del objeto que le provoca ansiedad esta puede disminuir
    Reacciones depresivas
    He podido observar algún tipo de reacción depresiva, aunque estas sean manos frecuentes.En concreto , fantasias de 2 tipos.Una en forma de temor acompañado de ansiedad de hundirse en la nada , cuando no existe visión del fondo, o bién el temor a la aparición de una "bestia" de las profundidades ; y otra más fácil de observar en forma de preocupación hacia seres querido especialmente los hijos con un intenso deseo de llanto.
    Reacciones ilusorias
    Aunque no he podido observar directamente ninguna , y considero pertenecen en parte al "mito" de la narcosis, se han descrito buzos que han tenido ilusiones especialmente auditivas o visuales.

    Todas las reacciones antes descritas , tienen que ver a mi entender con la personalidad previa del buzo y/o su estado emocional en ese momento.El impacto del nitrógeno en el SNC solo pone el contexto fisisológico adecuado para su expresión.


Fuentes de temor alarma y ansiedad


Fuentes de temor alarma y ansiedad


En general puede aceptarse que las fuentes de temor, alarma y ansiedad en el ser humano pueden vincularse en su génesis a tres aspectos:

    Los indicios naturales del peligro y sus derivados
    Los indicios sociales del peligro aprendidos a través de la cultura en la que se haya desarrollado la persona
    Los indicios individuales, personales de peligro

Voy a centrarme en este caso en los primeros y su repercusión en el buceo.

Los indicios naturales del peligro.
Han sido ampliamente estudiados por antropólogos y etólogos .Son respuestas pre programadas en la especie humana para sentir alarma y miedo ante estímulos potencialmente peligrosos, pero no intrínsecamente peligroso. Es decir situaciones que no tiene que ser “per se” peligrosas, pero que provocaran respuestas de ansiedad, tanto somáticas como psíquicas, si dicha respuesta no es inhibida por el aprendizaje de que tal situación no es realmente amenazante. Cabe destacar que dichos indicios lo son por lo que han representado en la historia filogenética de la especie
En este sentido este tipo de respuesta de temor o ansiedad ,no tienen porque considerarse patológicas, y solo se considerarían anómalas , cuando se producen con mucha rapidez, facilidad o intensidad,o no desaparecen con la experiencia si son situaciones conocidas , aunque para poder “medir “ este tipo de cuestiones se requiere un conocimiento individualizado de quien lo padece.
Nos detendremos en alguno de estos indicios de especial relevancia en buceo.

    Cambios repentino de las características de los estímulos sensoriales
    Por ejemplo estamos en el bosque y de repente todo se queda en silencio; es más que probable que se activen nuestras alarmas, o por ejemplo todo está oscuro y aparece una luz intensa ; es muy probable que ocurriera lo mismo. En este sentido los cambios repentinos de los estímulos sensoriales son muy utilizados cinematográficamente para generar tensión .Pensemos ahora en el buceo y el cambio en los estímulos sensoriales que se producen en el momento de sumergirnos. Especialmente las primeras inmersiones el impacto que ello provoca es intenso. Hay que tener en cuenta que el momento de sumergirse, es frecuente fuente de ansiedad en algunas personas, que consiguen controlarla una vez se acomodan sensorialmente a la nueva situación.

    Por ello , para evitar situaciones de ansiedad intensas que puedan conllevar ,problemas más severos en importante la incorporación progresiva al buceo , con entrenamiento en situaciones de máxima accesibilidad (piscina...)para que nuestro aparato psíquico pueda “entender” que el cambio sensorial brusco que se produce en el tránsito hacia la situación de inmersión, no es una fuente de peligro.

    Creo en esta misma línea que a gran profundidad, por efecto de la narcosis, y la alteración sensorial que se produce en nuestras percepciones por efecto de dicha situación, puede desencadenar alarma y ansiedad en algunos buzos. En este sentido, tanto formación y entrenamiento que permita una interpretación correcta de las sensaciones que van a acontecer desde un punto de vista psicológico, como el uso del helio en lugar del nitrógeno desde un punto de vista fisiológico podrían ser vías adecuadas de contención del problema.
    Pobreza de estímulos por parte del medio-Es sabido que la pobreza de estímulos es fuente de estrés, siendo además un mecanismo utilizado como tortura especialmente cruel en algunos momentos de la historia reciente

    Sin llegar a estos extremos, en el buceo esta cuestión estaría también vinculada , con los ejemplos anteriores. Al sumergirnos, en general pasamos de la utilización plena de los 5 sentidos, a centrarnos básicamente en la visión, ya que la audición se limita en gran medida, y el tacto queda circunscrito al contacto con el equipo. Algunas personas el extraordinario y “bendito” silencio del buceo puede generarles cierto estrés .

    Lo mismo podríamos considerar de la narcosis, donde el embotamiento sensorial que puede producirse reduce la riqueza y calidad de los estímulos percibidos, pudiendo con ello ser una fuente de alarma y ansiedad.

    En este sentido potenciadores específicos, de esta pobreza de estímulos, podría ser el buceo nocturno, cuevas, baja visibilidad o cualquier situación que limitara el campo de visión y la variedad de elementos a observar. Este tipo de situaciones al principio pueden colaborar a aumentar el nivel de estrés en el submarinista. Obviamente todas estas situaciones, pueden estar potenciadas, por indicios personales (por ejemplo claustrofobia y/o culturales, como el vínculo oscuridad-peligro, como efecto sumatorio) Por ello son aspectos que tenemos que considerar especialmente si observamos en nosotros mismos una reacción de excesiva alarma ante este tipo de sensaciones.El aumento de estimulos, por ejemplo mantener el contacto visual con el compañero, agarrarle de la mano...pueden ayudar a la superación de la portecial alarma interior que haya podido dispararse.

    Estimulación brusca intensa
    Me refiero aquí a un movimiento rápido, un objeto grande que se aproxima, ruido intenso…Pensemos que estamos en la calle y se nos acerca un tipo grandote, corriendo y agitando los brazos. Lo más probable es que salgamos corriendo, o nos acurruquemos para atenuar el golpe, que sin duda nuestro instinto, nos dice vamos a recibir. Pero sin embargo luego es aquel amigo que tanto tiempo hace que no vemos, y que nos funde, literalmente hablando, en un abrazo. Esto tiene una consecuencia directa en el buceo, especialmente considerando que el sentido con el que nos orientamos es la vista..

    Si vemos que un buzo está haciendo algo incorrecto y nos acercamos a él rápidamente y haciendo aspavientos, desencadenaremos una respuesta de alarma, que puede tener serias consecuencias. Por ejemplo un buzo sube por el cabo algo rápido, y le avisamos con gesto suave y moviendo las manos que vaya más despacio, probablemente nos entenderá y reducirá la marcha. Pero si no acercamos rápidamente y con gestos ostensiblemente agitados es muy posible que incrementos su nivel de ansiedad, y provoquemos el efecto contrario .Siempre que la urgencia no lo requiera debemos evitar movimientos bruscos e intensos en el aviso o corrección de una conducta de buceo.

    Creo que en la base de unos movimientos coordinados y tranquilos, está la razón de porque determinados submarinistas consiguen transmitir más tranquilidad que otros en su labor de guías, instructores o tutores en inmersión.


    Extrañeza ante un objeto o circunstancias
    Encontrarnos , en una situación o con un objeto extraño o desconocido es otro indicio ante el que podemos reaccionar instintivamente generando alarma, miedo y ansiedad.

    Por ello y trasladado al buceo es tan importante la planificación de las inmersiones que eviten que un buzo se encuentre ante situaciones inesperadas. Variar sobre la marcha el perfil de la inmersión ,puede ser generador de estrés en tanto en cuanto lo comentado , el buzo puede instintivamente linterpretar la isituación de nmersión como potencialmente peligrosa.

    En fin probablemente existan más , pero creo estos son de los más relevante y pueden ayudar a entender desde otro punto de vista la génesis de determinadas reacciones de alarma y ansiedad

Después de la crisis de ansiedad

Después de la crisis de ansiedad


    Introducción
    Mucho se comenta y se escribe sobre la posibilidad de tener una crisis de ansiedad en el buceo, con la posibilidad de que se agrave y derive en un ataque de pánico, con el consiguiente riesgo añadido.

    Pero hay una circunstancia que se comenta menos, y es que ocurre en la persona una vez ha padecido dicho ataque y como impacta en su comportamiento futuro.

    Creo las siguientes inmersiones, son decisivas, para observar si la crisis quedará en mera anécdota, o bien se instaurará como trastorno, pudiendo derivar a una situación que comprometa seriamente la continuidad del buceo con cierta comodidad.

    Debe diferenciarse claramente entre la crisis de ansiedad, llamémosle primaria, es decir la de un cursillista o recién iniciado que aun se está adaptando y no ha controlado del todo aun sus emociones, y la secundaria, es decir, la de alguien, que siendo buceador veterano e incluso experto, padece un ataque de ansiedad, para él por causas desconocidas, y que sobreviene de repente desencadenando fuertes dificultades para bucear en forma de síntomas muy diversos(fuerte inquietud, dificultad de control respiratorio, hiperventilación, molestias en forma de cierto dolor en la zona pectoral, sensación de angustia, mareo, palpitaciones , sensación de riesgo inminente, y que algo terrible puede pasar..…..), que pueden llevar a necesitar abortar la inmersión de forma precipitada, a pesar de poder llevar largos años de experiencia y racionalmente estar capacitado para entender sobre todo a posteriori la irracionalidad de las sensaciones y pensamientos ansiógenos.

    Es curioso como la persona siente gran extrañeza por padecer ansiedad buceando, cuando antes no le sucedía, y sin embargo no se da cuenta que igualmente llamativo puede ser que antes pudiera entrar en un ascensor con normalidad, o ir en avión, o dormir...teniendo en cuenta que cuando alguien se encuentra en un estado de ansiedad, cualquiera de estas situaciones por citar algunas, pueden quedar igualmente comprometidas. Y comento esto porque explorando personas que han sufrido crisis de ansiedad buceando , inicialmente comentaban no tener ningún problema más y tras una breve conversación podían aparecer otras áreas afectadas , algunas muy visibles, y otras menos, como somatizaciones diversas, e incluso problemas de relación laboral, familiar o de diversa índole.

    Lo cierto en este sentido, es que aunque en un primer momento la persona puede no asociar otras problemáticas añadidas, cuando se le hace reflexionar entorno a sus circunstancias vitales, no es extraño, especialmente en el caso en que la ansiedad quede fijada permanentemente en las inmersiones, que aparezcan dificultades diversas; situaciones de estrés, acompañadas de alteraciones del sueño, alimentarias, e incluso ansiedad vinculadas otras circunstancias.

    Normalmente una forma relativamente sencilla y rápida de analizar este tipo de cuestiones, es explorar alteraciones en conductas primarias como la alimentaria, el sueño o la sexual. Cualquier alteración en esas áreas puede ser indicativa de que la persona se encuentra en un estado de crisis, aún cuando conscientemente no lo perciba

    ¿Pero que cabe esperar tras la crisis?
    El pronóstico ante una crisis de ansiedad en el buceo , hay que buscarlo desde luego caso , por caso, y con la atención profesional pertinente, pero en este sentido, hay que diferenciar claramente si se trata de una situación coyuntural, es decir una reacción puntual ante una situación vital estresante, o simplemente una inmersión por encima de nuestras posibilidades, donde por poner un ejemplo podemos imaginar un motor pasado de revoluciones por una exigencia excesiva o más trabajo del que puede soportar y que explota, o bien hay una situación estructural y se trata de una persona con una carácter de base ansiógeno, y que reacciona ante cualquier dificultad con ansiedad; en este caso sería un motor permanentemente acelerado y que cualquier eventualidad hace saltar las alarmas.
    Desde luego entre ambos extremos, aparece múltiples puntos intermedios.

    Una vez saltan las alarmas, siempre hay cierta dificultad de poner el "motor mental " de nuevo a punto y en una condiciones de normalidad, pero efectivamente si se trata de una reacción puntual a una situación vital de estrés, o provocada por una situación de buceo que nos supera, la posibilidad de que quede en un incidente aislado es elevada, aunque nos perturbe durante un tiempo. Hasta un límite puede ser eficaz recuperar progresivamente la confianza, reiniciando la actividad en situaciones de buceo sencillas, hasta recuperar nuestro mejor nivel. En cualquier caso no es conveniente después de una situación de ansiedad intensa en una inmersión, realizar buceos excesivamente exigentes, o al límite de nuestras posibilidades, hasta tener la situación plenamente controlada.

    Pero, cuando la crisis de ansiedad impacta en personalidades con cierta predisposición a la ansiedad, es más fácil que la crisis puntual tenga fuerte impacto en la vida emocional del buzo y se establezca como trastorno estable comprometiendo como mínimo el disfrute de las inmersiones e incrementando notablemente el nivel de riesgo.

    Ello crea fuerte desazón, al principio se puede intentar volver a bucear negando o restando trascendencia al incidente, pero suele haber un fuerte temor latente a que el episodio se repita. En este caso, como una profecía que se autoconfirma, el buzo puede tener una crisis en este caso de mayor intensidad, e iniciar un circulo que se retroalimenta de forma progresiva , hasta que a veces la persona abandona el buceo, o lo realiza con muchos problemas ,convirtiendo cada inmersión en un elevada montaña que superar; el buceo se convierte ya en una cuestión personal de superación, en una lucha con uno mismo, pasando a un segundo plano las gratificaciones que en si mismo proporcionan las diferentes inmersiones.

    Hay que decir que todo esto es vivido con elevada frustración y a veces la autoestima queda muy afectada, en tanto en cuanto recordemos hablamos de alguien que buceaba con normalidad y seguramente contaba con un círculo social que le acompañaba y del cual ahora él se siente excluido, por más que los compañeros traten desinteresadamente de ayudarle. Ello también se potencia por el hecho de que el buzo se vuelve más dependiente del grupo, necesitando el contacto directo, a veces de compañeros, (contacto visual directo, coger la mano, etc) para poder tranquilizarse, y ello es vivido como cierta regresión, al estar vinculado a personas que empiezan la actividad.

    ¿Qué hacer en estos casos?
    Lo primero que deberíamos considerar en estos casos es darnos cuenta que tenemos un problema que se expresa en el buceo pero que no es específicamente de buceo. Esta distinción es muy relevante, para darnos cuenta que lo que ha quedado alterado es nuestra capacidad de tolerar determinadas situaciones, pero que nada tiene que ver con nuestro nivel previo de buceo, que conservamos intacto y que desde luego recuperaremos una vez superemos el trastorno.
    De la misma forma que cuando tenemos insomnio no debemos aprender a dormir para superarlo, y me refiero a la parte más fisiológica del sueño, sino abordar el trastorno de diversas formas, o dar estrategias de higiene del sueño, cuando el buceo queda alterado por un trastorno de ansiedad, no necesitamos volver a aprender a bucear, necesitamos entender que nos pasa con una visión amplia de miras en el aspecto personal, para así recuperar la confianza en nosotros mismos. Todo ello para poder disponer de recursos que nos permitan afrontar de otra manera situaciones ansiógenas, en este caso de buceo, pero que pueden servirnos en otras situaciones, y de las cuales más adelante ofreceré alguna orientación.

    Siguiendo con la cuestión de fondo, cuando el trastorno se consolida y prácticamente en casi todas las inmersiones, tenemos ansiedad, en mayor o menor medida, debemos empezar a considerar, que el problema trasciende el buceo, aunque se exprese en él como antes hemos apuntado. Es decir el buceo es la vía de expresión de un conflicto interno o un modo de relación con las cosas determinado pero no es la causa última del problema. Hay que tener en cuenta que las características de la inmersión ,algunas globales como ser un medio potencialmente hostil o el miedo casi totémico a morir ahogado, los tiburones ,la oscuridad/profundidad o temas concretos como la dependencia de un equipo autónomo, necesidad de un regulador que da un caudal máximo de aire, el espacio de visión reducido de la máscara, la necesidad de mantener una velocidad de ascenso y/o parada en caso de necesidad, entre otras, hacen del buceo una actividad magnífica para la expresión de los trastornos de ansiedad, como puede ser también por ejemplo viajar en avión, especialmente si hay turbulencias , aunque aquí jueguen otros factores

    No obstante no debemos caer en la desesperanza, y tener en cuenta que hay soluciones, lo importante es encontrar una que se ajuste a nuestras necesidades.
    A continuación describo las que conozco y considero más adecuadas

    La opción farmacológica
    La opción farmacológica es desde luego una opción muy extendida y útil en los trastornos de ansiedad, tanto desde el punto de vista de la atención primaria como de psiquiatría según la intensidad del trastorno
    Si concretamos en el ámbito del buceo, hay que considerar, que gran parte de los médicos desconocen las connotaciones del submarinismo, y por ello es importante ser prudentes a este nivel

    Cualquier opción farmacológica debe ser avalada por nuestro médico de referencia, de manera incuestionable, y si aparecen dudas que no podemos resolver con él, es buena la opción de pedir una segunda opinión a algun médico especializado en buceo cada vez más numerosos y con una formación extraordinaria en muchos casos pero nunca debe saltarse la indicación médica por más que no nos guste, especialmente si esta es restrictiva con bucear
    Me he encontrado con dos situaciones. Una donde la persona estaba siendo tratada con psicofármacos, y buceaba y otra donde incluso algún medico había recomendado la toma de un ansiolítico de vida media corta previa al buceo para desarrollar la actividad
    En ambas situaciones remito a la indicación y consejo médico como autoridad única en las circunstancias que rodean cada persona, pero como opinión y considerando que por razones profesionales tengo buen conocimiento de los fármacos utilizados, me atrevo a comentar que desde mi punto de vista, estrictamente en este caso personal que, la opción farmacológica no es una opción en buceo, es decir no considero adecuado que alguien con ansiedad en las inmersiones se medique para poder bucear. Otra cuestión es que la persona se medique porque su problemática así lo requiera y se plantee con su médico las limitaciones que ello le puede suponer.

    Cuando una persona tiene un trastorno de ansiedad, es fácil visite al médico generalista o psiquiatra, y las opciones farmacológicas más habituales son los ansiolíticos (benzodiacepinas como el Lorazepam de vida media corta y el Clorazepam y Alprazolam de vida media más larga) más orientadas al síntoma y antidepresivos con indicación en TAG (trastorno de ansiedad generalizada) tipo Paroxetina , Escitalopram,Venlafaxina...entre otros, más orientada al control de base del trastorno.

    Aunque aún hay mucho por investigar, la potencial interacción que pueden tener dichos fármacos con el efecto del nitrógeno a nivel neuronal, especialmente en lo que se refiere a la somnolencia y a la bajada del nivel de atención que requerimos para desarrollar la actividad, desaconsejan desde mi punto de vista el buceo, especialmente a cotas de profundidad elevadas, pero en cualquier caso lo más prudente es comentar con el médico de referencia estas circunstancias y a poder ser también con un médico especializado en medicina subacuática e hiperbárica.

    La opción terapéutica-psicológica
    Aparecen en este sentido , diversas opciones de las cuales voy a destacar tres por orden de compromiso personal requerido, y donde lo importante es plantearse la idoneidad en referencia a las situaciones que estamos viviendo. El hecho de que aparezcan estas tres no implica que no haya otras igualmente factibles, y el criterio de inclusión se basa estrictamente en mi experiencia, si bien cabe decir que son las opciones más extendidas.

    Nivel 1 –Diversas ténicas de contención emocional.
    Frecuentemente, me preguntan si opciones como el yoga, la meditación, el aprendizaje de diversas técnicas de relajación, y actividades parecidas, pueden ser idóneas para superar el problema. Mi respuesta es que dicho tipo de actividades que suponen, un parón en nuestra vida cotidiana, el dedicar un tiempo de reflexión y contacto con nosotros mismos, siempre son positivas y además no incompatibles con otras opciones terapéuticas. Mi impresión es que si la ansiedad no es muy elevada, y la persona cuenta con suficientes recursos personales, puede ser eficaz para el control de la ansiedad en buceo o como mínimo puede ayudar

    Nivel 2- Las terapias de orientación conductual-cognitiva.
    Como su propio nombre indica, están orientadas a la modificación de las conductas y pensamientos que nos generan ansiedad.
    Las técnicas son múltiples y variadas, unas orientadas más al acercamiento progresivo de las situaciones ansiógenas en condiciones de relajación, buscando cambiar el vinculo ansiedad-buceo por el relajación-buceo, enfrentándote a dichas situaciones de una manera controlada, y otras orientadas a la detección y análisis de los pensamientos ansiógenos que desencadenan el cuadro, o lo agravan .Por supuesto hay técnicas mixtas y puede hacerse una intervención cruzada, pero en gran parte de ellas incluye el entrenamiento en técnicas de relajación muy útiles en cualquier caso.

    Aunque en la parte más cognitivas, de dichas técnicas y con el análisis de los pensamientos de la persona puede llegarse a cierto conocimiento, del modo de funcionamiento y personalidad del individuo, la función y orientación de la técnica, es hacia el síntoma o síntomas, si bien aprendizaje que se produce en el proceso terapeutico, te habilita para aplicarlo en otras situaciones.

    En mi opinión está técnica es útil cuando la ansiedad está muy localizada en la situación de buceo, no tiene un desarrollo en meses excesivo, y además el buzo no quiere o no puede hacerse planteamientos terapéuticos más amplios.

    Nivel 3-Las terapias de orientación psicoanalítica
    Es frecuente que se identifique el psicoanálisis con Freud, y con ello una carga de tópicos, alejados de la realidad (tratamientos interminables, poca utilidad práctica, caros, etc.), y ello ocurre incluso desde ámbitos profesionales.

    Si bien esto tiene sentido desde el punto de vista de algunos profesionales dedicados a la actividad, como también desde la consideración de Freud , como el “padre del psicoanálisis”, con posterioridad han aparecido múltiples autores con importantísimas aportaciones, y lo que es más relevante es considerar, que hay opciones terapéuticas , que nada tienen que ver con lo anterior, como la psicoterapia breve , de carácter mucho más focalizada en el tiempo y que se orienta a la comprensión emocional del síntoma o problema .A grandes rasgos, la base conceptual de esta intervención es que la ansiedad , como otros síntomas, son la expresión de un conflicto interno que debe comprenderse, y que la comprensión de dicho conflicto es la vía de resolución de la problemática que padece la persona, que deja de tener sentido una vez se ha conseguido dicho objetivo. Por supuesto se analizan las relaciones internas y externas de la persona, los mecanismos de defensa psicológicos y otros elementos que sería largos comentar.

    Lo relevante en este caso es que puede ser una alternativa válida para poder resolver la ansiedad en el buceo en determinadas situaciones, y que además dan a la persona la posibilidad de realizar en caso de así considerarlo un trabajo más profundo de autoconocimiento.

    A mi entender es adecuada, cuando las opciones anteriores hayan fracasado, la ansiedad sea de muy larga evolución y además se extienda a otras áreas, o simplemente la persona en sus objetivos considere además de la resolución del problema el problemas incrementar el conocimiento sobre si mismo y su forma de funcionamiento mental.

    Ya para terminar , si quiero apuntar que no cabe caer en la desesperanza , cuando uno se encuentra en una situación de este tipo; existen excelentes profesionales de la medicina y la psicología que pueden ayudarnos a superar este tipo de problemáticas , por más que desde luego , suponen un importante esfuerzo y compromiso personal.
    _________________

Proceso de individuación alumno-instructor

  Proceso de individuación alumno-instructor


El submarinista en formación pasa por diferentes fases en la relación con su formador, antes de poder funcionar como un buzo independiente.

De cómo vayan elaborándose dichas fases, dependerá en cierta medida la estabilidad y seguridad del buzo hacia sí mismo, y especialmente influirá en su capacidad futura de disfrutar plenamente del buceo,
Al tiempo, un desarrollo exitoso del proceso de individuación será clave para manejar las ansiedades que se desencadenan en el submarinismo en general, y en el proceso de formación en particular.

1-Fase de autismo subacuático
Podemos considerar que en el primer momento, el fuerte impacto psicológico que produce sentirse debajo del agua respirando, hace pasar al buzo por una fase de autismo transitorio, debido a la fuerte desorientación que siente ante la nueva experiencia, quedando la persona muy fijado en las sensaciones corporales que va sintiendo en su nuevo status, y atendiendo muy poco a su entorno. Esta fase puede durar minutos o ser extremadamente corta, superándose en el momento en que el alumno reconoce y se fija en su formador y establece con él un vínculo relacional de confianza que nos lleva a la siguiente fase.

2-Fase de simbiosis formador-alumno
En el momento en que el submarinista confía en su instructor , le proyecta y reconoce una capacidad protectora , estableciendo una relación de confianza que el nuevo buzo siente como garante de su seguridad y aprendizaje.

Empieza en este momento una relación donde si ésta sigue unos cauces positivos, instructor y alumno se estimulan mutuamente; el alumno percibe, actúa y aprende a través de su instructor, y éste procura que su alumno disfrute de sus nuevas experiencias, y adquiera las habilidades necesarias para la actividad.

El alumno aún no es capaz de percibir ni diferenciar entre su propias sensaciones , entre ellas la angustia, y las sensaciones nuevas que está viviendo propias del submarinismo en sí , y necesita de su formador para poder diferenciarlas y obtener la tranquilidad necesaria. El alumno reaccionará especialmente al principio con extrema sensibilidad a las respuestas de su instructor, no solo de tipo racional, sino de carácter emocional. Un instructor ansioso, fóbico u obsesivo, puede trasmitir sus propios miedos y ansiedades a su alumno comprometiendo su formación.
Hay que tener en cuenta que en esta fase el alumno emite muchas señales de cómo está viviendo su proceso de formación. De cómo y a cuales respuestas reaccione su instructor, va a depender también como será el futuro buzo, ya que este irá adaptando su conducta según dichas respuestas selectivas. Podemos afirmar en este sentido que el talante personal y formativo del instructor tendrá gran influencia en cómo será y se comportará el futuro buzo.

3-Fase de separación-Individuación
Llega un momento en que el buzo intenta separarse de su formador, deja de ser pasivo a las órdenes estrictas del instructor, y se aventura a pequeñas incursiones, aunque sin perder de vista su fuente de seguridad.
Si las dos fases anteriores han sido exitosas, el alumno puede abandonar progresivamente “el halo protector “del instructor, y el buzo supera con éxito su fase formativa, disfrutando de conocer con detalle el nuevo mundo de sensaciones que se abre ante sus ojos.

El fin último de este proceso de individuación, es el de poder alcanzar al final del proceso formativo, una sensación de seguridad técnica, pero también emocional, de forma suficiente y que le permita ir evolucionando de manera progresiva en el buceo.

Una vez consigue dicha individuación está preparado para seguir su desarrollo de manera autónoma. El proceso de individuación puede finalizar con el curso de iniciación o requerir de un tiempo añadido. Formador y alumno deben ser conscientes de que en ocasiones, la finalización del curso no implica aún un funcionamiento autónomo, pero en cualquier caso deben poner los medios para que el proceso de individuación se realice y el alumno no quede literalmente “enganchado” a su instructor lo que implica una entera dependencia para poder sumergirse.

En el proceso de individuación, llega un momento en que el buzo ya no necesita su instructor exclusivamente como fuente de seguridad y estímulo, sino como alguien que se ofrezca para mantener una comunicación que refuerce y/o module de forma conveniente los comportamientos que el submarinista va desarrollando en base a su reciente aprendizaje

Al final de este proceso el buzo se percibe asimismo como un buzo independiente, seguro de sí, si ha podido interiorizar de su instructor una adecuada contención emocional y la formación técnica que se precisa.

Todo buzo debe saber que una correcta formación y desarrollo significa poder bucear disfrutando y sin ansiedades intensas , más allá de la que se necesita para alcanzar el nivel optimo de activación mental que se requiere en una actividad donde hay que estar atento a los actos que realizamos

Factores de exito de un club de buceo

Factores de exito de un club de buceo

    Hay varios factores que pueden definir en el medio plazo el exito de un centro de buceo.
    Sin tener en cuenta aspectos como la localización, el tiempo en el mercado y otros factores extrínsecos y solo considerando los elementos intrínsecos, es decir los factores de imagen que la propia entidad maneja , considero aparecen los siguientes elementos en orden de importancia

    La seguridad
    En el submarinismo se movilizan muchos temores y ansiedades, debiendo tener en cuenta que mucho buzo lo es de forma ocasional y ello implica, la presencia de cierto nivel de inquietud en las inmersiones.
    Hay varios niveles de manejo de la seguridad, pero el básico es poder transmitir la certeza de control , no solo en referencia a aspectos logísticos, sino también en aspectos humanos desde la seguridad que trasmiten las personas que se relacionan con el cliente. Hay un paso más que consiste en profesionales que saben manejarse perfectamente con las ansiedades humanas vinculadas al buceo, y generan la fantasía en algunos submarinistas que con ellos y solo con ellos pueden hacer determinadas inmersiones generando una dependencia emocional que se transforma en fidelidad como cliente.
    En cualquier caso un centro de buceo que no sepa comunicar seguridad de forma amplia, está condenado al fracaso, siendo por ello tan nocivo para su imagen, los accidentes que puedan acontecer, aún cuando no exista responsabilidad directa de los mismos

    El cliente-amigo
    En general la camaradería vinculada al buceo, lleva al submarinista a apreciar sentirse tratado de forma especial, no solo como buzo sino también como persona, sintiendo una cercanía humana con el admirado líder de un centro de buceo.
    Conozco excelentes profesionales en lo estrictamente acuático, con tendencia a marcar distancias en la cuestión personal, que han recibido fuertes críticas por no aceptar, este tipo de rol. Por otra parte otros tienen “cientos” de amigos, tantos como clientes, consiguiendo que casi cada persona que pasa por su negocio se sienta especial. Esto es obviamente una técnica comercial, (de hecho la amistad se diluye en el momento que la persona deja de ser interesante a nivel comercial) pero es una técnica que requiere de unas cualidades y habilidades especiales al alcance de pocos. Este es un factor diferencial de éxito especialmente si la persona o personas que lideran el centro son carismáticas y saben cómo rentabilizar dicho carisma.
    En cualquier caso el trato humano de respeto y consideración al buzo es imprescindible como garantia de crecimiento
    El factor grupal

    Otro elemento importante, es conseguir una identidad grupal dentro del centro, es decir que el centro consiga que el buzo se sienta integrado dentro de un grupo con unos valores y creencias determinadas.
    Algunos centros han conseguido generar esa identidad a través del foro, con evidente éxito. Esto desde luego requiere de tiempo, esfuerzo y habilidad para manejar las diferentes circunstancias que van aconteciendo.
    Una vez se ha conseguido generar una cultura grupal, el centro de buceo se vuelve menos vulnerable a las críticas, y muy sensible a las alabanzas, por coherencia cognitiva y elementos de identificación muy profundos. El propio grupo protege y crea un halo de invulnerabilidad, que tiene como riesgo eso si , la aparición de sentimientos de omnipotencia en los rectores del centro , muy dañinos a medio plazo al soler venir acompañados de un descenso importante de la autocrítica

    El enfoque de las inmersiones
    Otro factor muy relevante es conseguir una oferta de inmersiones
    “ a la carta” que cada buzo sienta personalizadas.
    Normalmente en la mayoría de destinos hay puntos de inmersión de diferentes niveles. Conseguir que un buzo pueda disfrutar de inmersiones adaptadas a su nivel, sin tener que estresarse con algunas que le sobrepasan, o aburrirse con otras de baja intensidad ,es otro factor clave de éxito y retorno del cliente. Algunos centros, especialmente en épocas de cierta masificación, tienden al “café para todos” generando no pocas frustraciones y desde luego no fidelizando al cliente en futuras inmersiones.

    La logística
    La logística del centro, barco, materiales de alquiler, vehículos de desplazamiento, instalaciones, etc., son otro factor relevante, aunque la importancia dependerá de la persona
    Aun así hay centros con excelentes instalaciones y escaso éxito por su escasa sensibilidad en el trato humano.

    El factor precio
    No quisiera terminar esta exposición sin hacer mención al factor precio. No creo sinceramente que sea un factor esencial, pero si a medio plazo puede facilitar la fidelización del cliente, especialmente si viene acompañado de hacer sentir a dicho cliente “especial” ,haciéndole partícipe de ventajas económicas o de otra índole.
    Bien manejados, los descuentos o ventajas económicas, no solo facilitan la fidelización sino que ayudan a la consolidación del centro y al refuerzo de los factores antes comentados.

La mujer y el buceo

La mujer y el buceo


El submarinismo ha sido una actividad ampliamente copada por el sexo masculino, y donde las féminas en general se acercaban influenciadas por su pareja, en ocasiones sin un interés real por el buceo e incluso presentando algunas incompatibilidades para el mismo que podían generar problemas.

En los últimos años esta situación ha cambiado y se ha incrementado significativamente el número de buceadoras que disfrutan del submarinismo por propia motivación e incluso siendo ellas las que animan a sus parejas al incorporarse al mundo submarino
Aunque considero que la individualidad del ser humano está por encima de cualquier cuestión de género si he podido identificar algunas circunstancias específicas que definen y en cierto modo diferencian a la mujer en el desarrollo del buceo, sea como alumnas, compañeras o formadoras.

1.-Capacidad de conexión y expresión emocional
En general la mujer es capaz de entender y expresar las emociones que le provoca el buceo de una forma muy directa .Esto es esencial especialmente en situaciones de ansiedad, o temores, muy comunes en los inicios,momentos de dificultad o cada vez que se da una salto formativo. Poder expresar sin miedo a ser cuestionada ni infravalorada cualquier tipo de emoción negativa, facilita hacerle frente, racionalizarla y en muchas ocasiones resolverla, evitando posibles incidentes futuros.

2.-Conciencia de límites
En general la mujer es ampliamente consciente de sus límites en base a su formación y experiencia y rara vez los sobrepasa. No existe el sentimiento competitivo ni de rivalidad que en ocasiones se da de manera gratuita en un perfil de buceador del sexo masculino. Esto se produce por la no necesidad de competir, ni de reivindicarse frente al resto de buzos, disfrutando de la inmersión en si misma y no en la supuesta “hazaña” que puede significar el bajar a tal o cual profundidad, o penetrar en tal espacio confinado. En esta misma línea suelen hacer los cursos que realmente necesitan alejados de aquellos perfiles de buzos que curso tras curso creen ganar valor frente a sus compañeros, o bien creen que a través de dichos cursos o técnicas podrán superar los límites para los cuales no están psicológicamente preparados.
3.-Pundonor Vs. Competitividad La competitividad, especialmente en los cursos, puede estimular el esfuerzo de algunos cursillistas, cuando ven que sus compañeros superan etapas y pruebas donde él presenta mayores dificultades. Especialmente un perfil de formador estimula este hecho de manera consciente o inconsciente, y que porque no decirlo en ocasiones funciona. No ocurre así en la cursillista, donde este hecho en si puede incluso generar rechazo y comprometer las posibilidades de que el curso llegue a buen fin. Sin embargo existe en la mujer un sentimiento de pundonor, que bien estimulado puede facilitar la superación de algunas trabas que pueden aparecer en los cursos. Dicho sentimiento no se apoya en un sentimiento de rivalidad o competitividad frente al grupo sino en un deseo de superación y lucha en si mismo y apoyado en la propia autoestima y el compromiso consigo misma de no dejarse vencer por las dificultades.

4.-Cumplidoras de las normas
La mujer como cursillista se adapta a las directrices del formador facilitando su tarea. Como compañera es una persona fiable. Una buza que encontraras siempre cerca, cumplirá lo pactado en superficie y en general es poco amante de las sorpresas y comportamientos inesperados en inmersión. Esto es muy relevante especialmente cuando nos emparejamos en inmersión con compañeros desconocidos, donde siempre existe cierta incertidumbre.

5.-Comportamientos gregarios
En general la mujer submarinista disfruta del establecimiento de redes sociales con los cuales compartir la actividad de buceo. Son participativas en el establecimiento de grupos, y se responsabilizan de la cohesión y la búsqueda de intereses compartidos. Se alejan de los comportamientos individualistas presentes en algunos buzos de sexo masculino siendo difícil encontrar mujeres que por ejemplo acudan a bucear solas, aunque en ocasiones y especialmente en la época estival este hecho si que se produce con cierta frecuencia.

6.-Liderazgo no agresivo
Cuando la mujer lidera en el buceo, en general lo hace de una manera no agresiva, tanto si lidera desde el punto de vista profesional, como si lidera en el grupo de amigos o pareja estable de buceo. No se producen las situaciones de sometimiento, afán de superioridad o puesta en evidencia en público que lamentablemente puede observarse en algunos líderes masculinos bien sea en cursos o en la dirección de determinada inmersión. Cada vez es más común que la pareja sentimental coincida con la pareja de buceo. Aunque este hecho daría para un artículo en si mismo cabe destacar que en dicha coincidencia cuando la mujer por experiencia o talante lidera la pareja de buceo, suele ser comprensiva con los límites de su pareja, y nunca lo pone en evidencia en público.

En definitiva la definitiva incorporación de la mujer tanto desde el punto de vista personal como profesional al submarinismo, amplía posibilidades y aporta nuevos matices que enriquecen la actividad

miércoles, 11 de abril de 2012

La ansiedad según niveles: Detección y parámetros de actuación

La ansiedad según niveles: Detección y parámetros de actuación


La ansiedad en buceo es una cuestión recurrente, tanto en buceadores noveles como veteranos. Muchas son las situaciones y causas posibles desencadenantes de episodios de ansiedad, pero es importante un conocimiento y detección precoz para evitar severas consecuencias.
En primer lugar me gustaría aclarar que hay un tipo de ansiedad positiva; aquella que te prepara para la acción y que se sitúa en un nivel ajustado a la demanda.
No me referiré aquí a esta sino a la ansiedad perturbadora que incomoda cualquier actividad a la que acompaña y que en submarinismo cobra especial relevancia por los riesgos que conlleva.
En este sentido, la ansiedad se manifiesta y tiene consecuencia en diversas esferas del ser humano; la esfera del pensamiento, la esfera emocional y la esfera instintiva. Sin embargo y aunque todas están presentes en mayor o menor medida, cada una de ellas cobra especial relevancia según el nivel de intensidad tal y como escribiré a continuación.

Nivel 1-¿“Que hago yo aquí”?

En el primer nivel de ansiedad, existen diferentes signos expresados en el cuerpo; incomodidad, congoja, sensación de extrañeza, cierto miedo a la pérdida de control, pero aún domina la esfera de pensamiento que a veces no consciente de la situación de ansiedad, trata de buscar una explicación al malestar que siente. Para hacernos una idea, es una sensación parecida a la que podemos sentir en superficie ante un examen o situación difícil donde hay cosas importantes en juego y no nos sentimos del todo seguros. En buceo esta situación se agrava por la indefensión que en general podemos sentir hacia el medio.
En ocasiones este nivel de ansiedad ya se detecta en el previo a la inmersión y podemos observarla a través de comportamientos retraídos o su equivalente contrario, cierto histrionismo (cantar, chillar…llamar la atención) orientado a no pensar y sentir la emoción ansiosa. También, conversaciones y preguntas excesivas sobre seguridad o que muestren una preocupación excesiva puede ser indicativo de que el nivel de ansiedad está algo elevado.
Si en superficie notamos esta situación y salvo que veamos tanta intensidad que aconseje que el submarinista no bucee ese día, es importante, incrementar el nivel de control de la persona sobre lo que va a hacer. En este sentido aparece imprescindible; un buen briefing del perfil de inmersión que luego deberemos respetar. Si hemos dicho que veremos tal cosa o haremos determinada ruta, no debe cambiarse salvo causa mayor dado que incrementaríamos la sensación de incertidumbre, siendo esto un factor estresante para una persona predispuesta a la ansiedad. Otro aspecto es explicar los detalles de la inmersión, profundidad, si se pasará por algún espacio confinado, animales que veremos…y siempre tratando de detectar si alguna de las cuestiones propuestas inquietan al buzo, para pos supuesto en ese caso evitarla. Por último y quizás más importante aparece la necesidad de hacer ver al buzo que detectemos ansioso en el previo a la inmersión que el tiene la “llave” de entrada y salida del agua .Es decir e el momento en que se encuentre indispuesto y nos lo indique, sin demora, pero de manera ordenada daremos por finalizada la inmersión. Este hecho suele dar seguridad al buzo y previene la intensificación de la ansiedad por sensación de no control.
Una vez en el agua el nivel 1 de ansiedad puede no ser fácil de detectar en general, mirar mucho el manómetro, estar muy pegado al guía, indicarnos que el regulador no le da aire cuando verificamos un flujo normal, pueden ser indicativos de que algo no vas bien. Pero ¿Qué está pasando por la cabeza de esta persona en este momento? ,En general y aceptando la individualidad no hay tantas diferencias y hay cosas que se repiten .Comúnmente el buzo trata de interpretar las sensaciones desagradables que le están sucediendo, y pueden aparecer pensamientos como el que da título a este nivel ¿qué hago yo aquí?; ¿y si me `pasa algo que será de mis hijos?...aparece una fuerte preocupación y una sensación de riesgo inminente y de que algo malo puede suceder.
Es importante destacar que en este nivel de ansiedad, el pensamiento aún es el eje dominante y por la tanto aún hay vuelta atrás, posibilidad de control y normalización de la inmersión y finalización exitosa de la misma.
Si detectamos una situación de este tipo es importante hacer sentir al buzo ansioso que nos tiene cerca, en disposición de ayuda y con la situación bajo control .En estos casos el contacto físico es importante y puede ser adecuado darle la mano al buzo o enlazar con el de alguna forma. Mi experiencia es que el buzo una vez se tranquiliza espontáneamente se suelta aunque se mantiene a una distancia cercana

Nivel 2 –“Quiero salir…como sea”

En muchas ocasiones cuando se detecta un buzo en estado de ansiedad ya está situado en este nivel. Si la ansiedad se incrementan las manifestaciones somáticas de la ansiedad se intensifican, incremento del ritmo cardiaco “vuelcos de corazón”, puede aparecer opresión en el pecho, dificultad de tomar aire del regulador que lleva a una respiración rápida entrecortada y poco profunda, sensación de catástrofe o riesgo inminente y concentración de todas estas emociones en un único pensamiento e idea: Salir a superficie
Es posible que encontremos al buzo iniciando el ascenso o indicándonos que se va para arriba, agitado pero con cierto orden.
En este momento debemos saber, que no hay vuelta atrás, jamás debemos intentar disuadir al buzo de sus intenciones, pero aun que la emoción negativa domina, el pensamiento y capacidad de raciocinio aún se mantiene y el buzo aceptará nuestra ayuda para salir de forma y velocidad adecuada si confía en nosotros e interpreta nuestra intención de ayudarle en su propósito y no de negárselo.
Debemos evitar cuando nos acerquemos aun buzo en este estado los movimientos bruscos, los placajes de aleta o bloquearlo donde el buzo no pueda vernos. En estos casos lo conveniente es situarnos a la altura de sus ojos indicándole que vamos para arriba al tiempo que frenamos si es necesaria la velocidad de ascenso, y le hacemos ver que se deje llevar por nosotros en su subida. Debemos estar tranquilos y jamás trasmitir, nerviosismo, enfado o frustración por la situación, algo que desgraciadamente no siempre sucede. Si controlamos la situación el buzo siempre consciente se dejará llevar y podremos salir con él de forma adecuada.

Nivel 3- “Huir, luchar o morir”

El tercer nivel es el nivel del pánico. Una vez se entra en este estado se produce una descarga masiva de andrenalina, una pérdida de la capacidad de raciocinio y el sujeto queda fijado en un estado muy primario con dominio del instinto de supervivencia y conductas encaminadas a la huida o la lucha en caso de ser necesario.
En este momento la persona es incapaz de pensar pero siente que puede morir. Normalmente no se recupera la conciencia hasta la llegada a superficie y la persona puede no recordar nada salvo pasajes oníricos “vi mi vida pasar en un segundo.
Es obvio que la situación es de altísimo riesgo tanto para el buzo como para aquel que desee ayudarle.
Pueden ocurrir diferentes situaciones; que el buzo quede inerte, por efecto de la ansiedad intensa y la reducción del flujo sanguíneo al cerebro como mecanismo de defensa frente al dolor. Pero también el buzo puede entrar en un estado de pánico pasivo, donde técnicamente no está desmayado pero es incapaz de reaccionar .La diferencia entre ambos estados estriba en la rigidez corporal del pánico pasivo. Lo esencial en estos casos es asegurar el flujo de aire, ya que en muchas ocasiones se expulsa el regulador y tratar de subir a superficie, con mucha cautela ya que el buzo puede pasar a un peligroso estado de pánico activo de golpe y comprometiendo nuestra seguridad.
Pero la más común es que el buzo entre en un estado de pánico activo e inicie una carrera a veces mortal por bloqueo reflejo de glotis y/o enfermedad por ED. Estos casos son poco frecuentes y solo podemos ayudar si tenemos la habilidad, fuerza y suerte de poder placar al buzo. Jamás debemos intervenir en caso contrario o con seguridad tendremos dos víctimas en lugar de una .La mejor manera de evitar las consecuencias del pánico es la prevención y actuación en los estadios anteriores.
Espero encontréis interesantes estas aportaciones.

Factores desencadenantes de ansiedad en buceo

Factores desencadenantes de ansiedad en buceo


Introducción

L a primera consideración que debe establecerse, es que el submarinismo es en si mismo una actividad potencialmente ansiógena y que puede llevar asociados determinados miedos que en algunas ocasiones pueden cobrar un carácter fóbico.
Hay que decir que cuando hablamos de buceo es lógico que por sus características sintamos cierto nivel de ansiedad, tanto en sus inicios como en los progresivos aprendizajes que vamos realizando o en las situaciones nuevas de buceo donde debemos adaptarnos, como pudiera ser el buceo nocturno, cuevas, entornos desconocidos, etc.
Con lo cual una primera conclusión, es que para iniciarse y avanzar en el buceo se requiere de un esfuerzo de superación de dichas ansiedades y temores.
En general, podríamos hablar de un problema de ansiedad, cuando dicha ansiedad sobrepasa en intensidad a la de la mayoría de las personas, con lo cual esto ya a veces dificulta el establecer un límite de normalidad y se requiere de un análisis individualizado muy centrado en el nivel de perturbación de dicha ansiedad no solo en la actividad en sí misma, sino también en el confort con que puede realizarse; además es imprescindible un pronóstico sobre las consecuencias que dicho gradiente de ansiedad puede tener en la seguridad del buzo y los que le rodean.
Por otra parte, en la línea de lo comentado, hay que considerar dos aspectos que me parecen determinantes. Hay ciertos temores que podríamos considerar universales, o por lo menos considerarlos miedos vinculados a determinadas culturas. En la nuestra podríamos hablar de la obscuridad , la muerte, la enfermedad , las serpientes..…
En este sentido considero en el buceo se dan diversas circunstancias; posibilidad de ahogo, obscuridad,presencia de determinados animales con aspecto feroz …que pueden estar vinculados a estos miedos considerados universales o vinculados a nuestra cultura y que algunos buzos difícilmente pueden superar total o parcialmente. Cabe decir que hay otras muchas personas que consideran dichos miedos dentro de la normalidad, y simplemente jamás consideraran como opción recreativa el submarinismo e incluso a veces ni siquiera actividades como el snorkel. La mayoría de buzos conocemos alguien que nos considera poco menos que irresponsables, por realizar una actividad que esas personas consideran muy peligrosa
Otro aspecto relevante estriba en la posibilidad de comprensión que nos proporciona la neurociencia , de que algunos temores ancestrales se transmitan a genéticamente través de la amígdala; de manera que un ataque de ansiedad pueda desencadenarse sin un aprendizaje previo, ni un significado psicológico específico. En este caso quizás el temor a un medio hostil como el mar en su profundidad en general, y con la posibilidad de ahogo en particular sea uno de estos temores ancestrales de forma que un estímulo heredado, facilite la aparición de un determinado temor o estado de ansiedad.
Como ejemplo de este último punto comentar, que tras la reintroducción de osos en el Pirineo los caballos son presas del pánico ante su presencia, sin que ellos ni sus progenitores hayan tenido nunca contacto con ellos
Hecha esta introducción que muestra la compleja relación entre ansiedad y buceo, paso a detallar los elementos que considero pueden actuar como desencadenantes de situaciones de ansiedad que en caso de hacerse recurrentes pueden evolucionar a temores fóbicos dificultando enormemente la realización de la actividad

Desencadenantes de ansiedad

Factores personales

Teniendo en cuenta todo lo comentado anteriormente,hay personas con determinadas características y rasgos de personalidad que en principio son más susceptibles de padecer una crisis de ansiedad e incluso desarrollar un trastorno de carácter fóbico al buceo en si mismo o a algunas situaciones del buceo (buceo nocturno, cuevas, buceo con tiburones, profundo…)
En general personas sanas, pero con antecedentes por TAG (trastorno de ansiedad generalizado), propensión a miedos de carácter irracional aunque sean miedos de los que hemos calificado como universales o vinculados a nuestra cultura (como a las arañas, serpientes…) y especialmente con antecedentes de claustrofobia o agorafobia, son más susceptibles de padecer episodios de ansiedad buceando, aunque en el momento de iniciar la actividad hayan superado sus problemas. También personas con antecedentes por (TOC) trastorno obsesivo compulsivo, o depresión si esta tiene un componente muy ansiógeno deben tener precaución aunque sobre hay que diferenciar muy bien entre lo que es una tristeza o depresión reactiva a causa justificada y una depresión que la persona no puede vincular a nada concreto, esta última de peor pronóstico.
Sobre este punto quiero aclara, que desde un punto de vista psicológico ,y salvo criterio médico que recomiende lo contrario, en ningún modo haber tenido alguna de estas problemáticas implica de forma directa una incompatibilidad para el submarinismo, pero si requiere de cierta prudencia e involucra la posibilidad de que en una situación de situación de crisis personal pueda derivar en episodios de ansiedad más o menos intensas y continuas en inmersión teniendo en cuenta que por lo antes comentado, el submarinismo nos ofrece un escenario propicio para expresarse.
Otro aspecto a considerar es , que en cierto modo, estas problemáticas , ya son de por si autolimitantes, con los cual quizás es una persona con una problemática intensa , presente o pasada , de las que hemos comentado es posible que ya no se plantee por si misma el ejercicio de la actividad, aunque bajo determinadas circunstancias esto no siempre es así, y en ocasiones está en la base de personas que no consiguen acabar el curso, o aun habiéndolo finalizado con grandes esfuerzos , y porque no decirlo, exceso de “generosidad” por parte del formador , nunca hacen uso del título obtenido
Para acabar con este punto , comentar que explorando en profundidad a las personas que padecen una situación fóbico-ansiosa al buceo de manera estable, suelen aparecer circunstancias de personalidad de base, en ocasiones desconocidas para el buzo, y que solo abordándolas de una manera amplia podrán resolver su sintomatología ansiosa en inmersión.
Por ello es un error en ocasiones, restar importancia a lo que le pasa la persona o aconsejarle, con la mejor de las intenciones y sentido común, seguir determinadas técnicas , porque el problema no se sitúa en esa esfera y podemos complicar más el cuadro neurótico con componente de ansiedad de base.

Factores coyunturales

Aunque todos los aspectos que comentaré, por supuesto interaccionan entre sí , hay elementos de carácter situacional, que pueden predisponer a situaciones de ansiedad o como mínimo bajar el nivel de tolerancia al estrés del buzo.
En general he podido observar que personas que pasan por situaciones vitales difíciles (pérdidas, separaciones, paro laboral, estrés….) o cualquier circunstancia de este tipo son más susceptibles de padecer una crisis de ansiedad ante situaciones, perfectamente tolerables en otras circunstancias.
Esto se acentúa cuando, la persona por cierta ceguera emocional, o simplemente por cierta aceleración de su ritmo de vida, no toma conciencia del dolor mental que puede estar padeciendo según su circunstancia vital.
En la situación de buceo se produce una deprivación sensorial intensa, una toma de contacto con uno mismo, además de otra serie de circunstancias, algunas aún por determinar, pero seguramente relacionadas con el impacto de los gases en el SNC (sistema nervioso central), que facilitan la aparición de ansiedad difusa de diferente gradiente , como respuesta a toda la problemática vital del buzo más o menos reprimida a nivel consciente, especialmente si son inmersiones de cierto nivel de exigencia o acontecen incidentes que en otras circunstancias serian fácilmente solucionables.
En este sentido cabe decir, que ante situaciones de conflicto personal debemos evitar, perfiles de inmersión complicados y exigentes, debiendo bucear muy por debajo del nivel que se nos supone.
Cabe decir que en situaciones de buceo poco exigentes, lo que puede ser una fuente de ansiedad, puede convertirse en una situación placentera y desestresante si es bien gestionada
En ocasiones haber padecido situaciones traumáticas en el buceo, puede también tener consecuencias en el futuro, sino pueden elaborarse de forma adecuada. No es extraño que ante este tipo de circunstancias; accidentes con riesgo vital, a veces fatales para el compañero, o simplemente situaciones a veces dramáticas donde el buzo puede llegar al borde el pánico ,dejen una marca permanente, que puede derivar en comportamientos paradójicos .O bien el abandono de la actividad, o bien una frenética carrera en el buceo donde la seguridad cobra una relevancia casi obsesiva, muy por encima a veces de lo razonable y como motivación en sí misma más que el disfrute de todo lo que nos ofrece el fondo marino.

Factores de buceo

Por último, en lo que se refiere a cuestiones estrictamente de buceo, hay otros condicionantes que pueden facilitar la aparición de situaciones de ansiedad, especialmente a la gestión de la formación y experiencia del buzo y su adaptación a las diferentes situaciones de buceo.
En general cualquier cambio, de condiciones de buceo, requiere de una nueva adaptación y son generadoras de situaciones potencialmente ansiógenas. En general cuantas mayor experiencia mayor capacidad de adaptación a los diferentes entornos, pero ello no quita que incluso personas muy expertas, necesiten igualmente de esfuerzo extra en situaciones novedosas. Cuando me refiero a situaciones novedosas, caben tanto entorno de buceo, condiciones, nuevos compañeros….
Quiero resaltar que cuando transcurre un tiempo sin bucear, incluso los buzos más expertos requieren de un periodo de reajuste a su nivel. Es importante que si pasa un periodo de tiempo relativamente largo sin bucear, aunque llevemos acumuladas muchas inmersiones, las primeras que realicemos sean inmersiones sencillas que nos permitan adaptarnos de nuevo al medio y restablecer nuestro nivel previo. Esto es especialmente relevante para submarinistas que solo bucean en verano o en determinados destinos.
Otro aspecto potencialmente ansiógeno, es enfrentarse a determinadas situaciones de inmersión sin la debida formación, cosa que es más común de lo que pueda parecer.
En general creo que gestionar correctamente la triada formación-experiencia-nivel de las inmersiones, limitaría muchas de las problemáticas de base emocional que se producen en el buceo .En ocasiones dicha triada no camina de forma uniforme y puede haber submarinistas que acumulan cursos pero no tienen la debida experiencia para llevar a la práctica aquello para lo que están teóricamente preparados, o buzos con mucha experiencia que acaban cometiendo errores fatales por exceso de confianza en las horas de buceo acumuladas, sin considerar que hay determinados aprendizajes y conceptos que requieren de una formación rigurosa y que son imprescindible conocer para determinados tipos de inmersión.
Para acabar hay que considerar que los elementos situacionales que pueden desencadenar estados de ansiedad en el buceo son múltiples y variados según cada persona; perder la referencia al techo suelo al descender, perder la visión del fondo en buceo en pared en zonas de alta profundidad, la presencia real o intuida de determinados animales, el oleaje intenso previo a la inmersión, corrientes, la desorientación, y un largo etc, que seria largo de enumerar y que merece un análisis individualizado.